Las palabras fueron avispas y las calles como dunas cuando aún te espero llegar. Todo arde si le aplicas la chispa adecuada

-Héroes del Silencio-

30 marzo 2010

Rompiendo promesas

Siempre hay dos posibilidades: seguir adelante o retroceder. Tomo la segunda posibilidad. Agotado mi yacimiento de originalidad y no teniendo más nada que enseñar me resigno a mis treinta y pocos a perder el tiempo, la oportunidad y el entusiasmo. Realmente hay personas que con el tiempo se convierten en seres especiales, interesantes o maduros. Yo, que no cumplo ninguna de esas tres cualidades debería saber escribir, al menos, cada fracaso. Ya no tengo recursos para golperar primero. Si vuelves la mirada, dime que ves. Estoy cerca de la derrota. Espero que la Virgen del Espino me protegerá

22 marzo 2010

La esencia del ganador

Venía de un largo barbecho... el inviero había sido duro, extremadamente solitario y desalentador. La máxima temperatura la había alcanzado a la vera de la chimenea, con un trago profundo de insolente soledad. Con todo mi empeño salí dispuesto a tener nuevas aventuras, tan aburridas como las de cualquier noche, tan optimista como el comprador del cupón tan seguro como taxista del sábado pasado. Tenía sentido mi recorrido purulando por las barras de los bares, muchas de ellas tenía mi nombre grabado en su encimera, me conocen de sobra y no estoy tan seguro que esto sea una desgracia. Pero al caerse el vaso de mi mano en el sexto asalto del combate plasmé mi descalabro en mi frente, el porrazo contra el escalón fue descomunal y el gorila recogiendome del suelo como uno saco de basura me llevó a la conclusión de que sólo era eso, basura. Recogí todos tus besos en un emboltorio lleno de restos de comida y me fui.
Al amanecer no necesite despertador, los rayos de luz entraron por la diminuta ventana de aquella pensión. Era luz sucia, como mis manos, mi mente. Me levanté como un ágil púgil antes de que el árbitro disfrazada de recepcionista contara hasta diez. Zarandeando mi cuerpo, mi alma y mi espiritu alcanzé el primer bar de la avenida y ese pacharán me supo a redención. Empezé a recordar con su color el aspecto de tus labios. Su textura era la suavidad de tu piel y el frescor del vaso eran tus manos recorriendo mi cuello deslizandose tan dulzemente por mi espalda. Los hielos sonaron a final, un trago breve, intenso. Al intermediario le dejé lo mismo; mis respetos y un billete de color naranja. Quédese con la vuelta, le espeté. Había merecido la pena haber pagado esa apuesta.

17 marzo 2010

Las consecuencias son inevitables

No lo hago por fustración pero ya no soy un tipo terco. Está ya bien de alegrar la vida a la gente, no está mal asustar un poco y mirar por uno mismo. No se navegar con alguien que vara sus sueños en playas solitarias, con alguien que piensa en salvar sólo su propio pellejo. Y si no se asusta, me da igual. Las consecuencias son inevitables porque estoy dispuesto como siempre a la acción, al sacrificio y a la recompensa. Entonces, voy a recorrer otra senda que me lleve a un lugar que no me haga volver.

16 marzo 2010

Las Consecuencias de Enrique Bunbury

Por primera vez, y sin que sirva de precedente, voy a emitir la crítica del último disco de Bunbury, Las Consecuencias.
Desde la publicación de Las Consecuencias de Bunbury he tenido la oportunidad de leer y escuchar adjetivos demasiado generalistas y encasillables acerca del mismo. "De cámara, oscuro, íntimo, sobrio..." y no siendo inciertos del todo resultan algo vacios de contenido. Sin tener en cuenta las declaraciones del autor, Las Consecuencias es un trabajo digno de escucharlo, al menos, dos veces. El artista maño nos presenta su obra desde una voz impersonal pero referido a su momento personal. Tengase en cuenta que el periodo de creación del disco se entremezcla con las noches de arrasador éxito de su gira Hellvile de Tour, con lo cual y a mi parecer, tiene mucho merito escribir un disco tan sereno en momentos de tanta exaltación artística y emocional, a sabiendas que la susodicha gira es la más musicalmente excitante de su carrera en solitario. Este proceso de creación se refleja en un disco de una producción sencilla y sin grandilocuencias. No hay excesos de instrumentaciones, ni excesos de voces. ni excesos de programaciones. En fin, un disco extremadamente directo, como susuro al oido o mejor dicho al corazón de sus oyentes. Con irregularidades repetidas de sus anteriores trabajos, Las Consecuencias resulta un disco más redondo en calidad, sin ninguna pieza despreciable y eso sí, se denota cada vez más, cada año, cada canción una simpleza en sus textos, sin vocablos asonantes, sin estridencias semánticas. Venticinco años de carrera dan para corroborar su evolución: hemos pasado del joven guerrero épico al escritor ambulante de sentimientos triviales.
Empieza de manera aleccionadora su disco con Las consecuencias, tema premonitorio de lo que será su disco. Ya nos avisa que nos puede asustar con sus versos que denotaran viviencias, pensamientos, etc. Es a mi juicio una de las tres joyas de la corona. Enlaza de manera sutil y continua con Ella me dijo que no, uno de los tema contados en primera persona. La siguiente pista del disco, o del vinilo, es en este momento de análisis de la gran canción del disco. Es difícil hacer una canción con sonidos de serenidad tan guerrera, tan pugilística, tan luchadora, en fin, tan motivante. Me atrevo a decir que es la canción chill-out de su carrera. Fantástica, embaucadora, pensativa y ambulante. Una de sus grandes canciones en su prolífica obra. Seguimos con Frente a frente, la única canción no escrita por él de este disco. Lo más destacable es el acierto para enfocar la canción hacia la colaboración de Miren Iza. La voz adecuada de la rockera vasca dota a la canción de la sensibilidad precisa. Es probablemente el tema más producido del disco. Y despues de un buen par de tema nos encontramos en el séptimo escalón con Los Habitantes. Junto con la pista 1 y 3 del LP forman el esqueleto de este Las Consecuencias. La más rockera y melódica de las canciones del largo, Bunbury, nos enseña la manera de fabricar una canción insolente y delicada, emborrachada de una guitarra excepcionalmente interpretada y sobre todo presentada pues no convierte el tema en una escuela de interpretación del instrumento de las seis cuerdas pero nos concede una intensidad que agradece el espíritu y rompe la posible monotonía auditiva. Eso sí, un tema cantado en un tono más natural para la voz del maño, hace lucir en la canción un aroma de grandeza grandilocuente. Majestuosa canción. Sin duda una de sus canciones para incluir en una futura recopilación de sus mejores canciones. Y el final del disco,... el final se lo dejo a ustedes.

10 marzo 2010

El tiempo de las cartas

Cuando sea pobre recordaré todo el tiempo que perdí mientras fuí rico, desperdiciando, latido a latido, unos cuantos amaneceres que sin rubor agotan la luz de su saliente. Este cementerio en el que vivo no tiene rosas blancas que regalarme ni antídotos para la miseria, pues soy el más pobre del barrio, el más rico de los ausentes. Este aliento ajado desprende distancia con todo lo que florece en cualquier dirección. Y a más que a otro, los versos se agotan, las explicaciones se cansan y el futuro se adivina. Marchito, caduco.... prescriben los calificativos en la otra vida porque cuando esté muerto recordaré que pude estar vivo.

03 marzo 2010

A tomar por culo

Como cada martes y despues de ver Españoles por el mundo me pregunto, ¿que cojones hago aquí? Sólo quiero Salamanca para volver cada seis meses. He de largarme a tomar por culo, donde no me molesteis ninguno y pueda escoger quien me moleste. Un lugar donde poder ver con serenidad como cae el sol en mi coraźon. Un lugar donde no me toqueis más los cojones y me dejeis de dar santiaguinas porque creeis que sabeis de todo. Aquel sitio donde no haya lumbreras apostólicos evangelizadores de su verdad. No se si debería quedarme si cobertura, en la cabeza me refiero, pero al menos un lugar donde me dejeis en paz un día completo. En algo os diferenciais de las mujeres... no podría vivir sin vosotros. Pero no seais tan listos, un poquito de humildad en los momentos triviales. Mirémonos el ombligo un poquito más que nadie somos doctor honiris causa.