Las palabras fueron avispas y las calles como dunas cuando aún te espero llegar. Todo arde si le aplicas la chispa adecuada

-Héroes del Silencio-

28 enero 2009

El beso

Cuesta comprender como el intercambio de jugos salibales y el roce de la lengua ajena puede llegar a producir una sensación tan agradable o una alteración de las hormonas que conlleva la excitación del alma, la claudicación ante el deseo común y la exaltación puede que del cariño, puede que del amor, puede que del deseo o puede que del vicio. Ese hormigueo en el estomago durante el beso es el hecho feaciente de la felicidad. La ternura de los labios, seduciendo al amor, propone la continuidad infinita del momento, sólo rota por alguna inoportuna circunstancia que hace que el segundo beso sea quizás más apasionado que le primero. Y otra vez te acercas queriendo probar esos labios finos, suaves, frios, lascivos y receptivos los de ellas y frondosos, asperos, absorbentes, generosos y carnales los de ellos. El beso que nunca di es el que deseo dar y despues de unos cuantos besos, olvidas la lista de labios que has besado. No hay labios más anhelados que los de la traición, el olvido, el despecho... No hay mayor fustración que encontrar una boca que no besa bien, es peor esto, que levantarte de una cama incómodo porque no estás conforme con la forma de ser complacido. Pero un mal beso, un mal beso es un recuerdo herrático para toda la vida. A quien se le olvida un beso maravilloso? Estoy esperando tus besos.
Canción para hoy: "Sácame de aquí", Enrique Bunbury